Son horas febriles para Horacio Rodríguez Larreta. Tras lanzar oficialmente su precandidatura presidencial, con un discurso antigrieta que generó ruidos en su propio partido, el jefe de Gobierno porteño ingresó en un torbellino de reuniones y actividades, con giras inminentes y un verdadero raid mediático con la idea de amplificar su voz todo lo posible.
En ese marco, concedió este sábado una entrevista telefónica a Rosario3 que, ante la saturación de la agenda, tuvo tiempo acotado. El precandidato de Juntos por el Cambio evitó confrontar en forma explícita con Patricia Bullrich, quien luego de su cuestionamiento a los “estafadores de la grieta” implícitamente lo criticó por “tibio”. Y si bien ratificó su perfil dialoguista, en el delicado equilibrio al que lo obliga la necesidad de no dejar el flanco abierto a los halcones puso límites: cerró toda posibilidad de llegar a acuerdos con cualquier sector peronista que tenga participación en este gobierno, incluido su amigo Sergio Massa.
Además, dijo que se siente respaldado por Mauricio Macri y, a diferencia de María Eugenia Vidal, adelantó que no se bajará de la disputa por llegar a la Casa Rosada aunque el ex presidente decida finalmente ir por un “segundo tiempo”.
Rodríguez Larreta negó que el problema de la Argentina sea el centralismo porteño y, por el contrario, sostuvo que es el gobierno nacional el que acumula los recursos para sí. En cuanto a la crisis de violencia en la provincia de Santa Fe, dijo que su idea es replicar el”plan integral” que “llevó el delito a los niveles más bajos de la historia en Capital”, y sugirió que la ciudad de Rosario debería tener policía propia.
—Cuando usted habla de los “estafadores” de la grieta puede interpretarse que se refiere también a dirigentes de su propio partido, como Patricia Bullrich…
—(Interrumpe) No, de ninguna manera, no es el espíritu para nada…
—Pero después de esa declaración Bullrich lo trató de tibio.
—Yo no me refiero a ella y nunca entro en discusiones con miembros de Juntos por el Cambio. Nuestros enemigos son la inflación, la inseguridad, la grieta. Contra eso tenemos que pelear. Nunca me van a escuchar peleando con gente de nuestro espacio. Puede haber diferencias de ideas, pero no peleas
—¿No hay dentro de Juntos por el Cambio dirigentes que apuestan a la grieta?
—Si puede haber alguno yo estoy en contra. Cada uno sabrá lo que impulsa y lo que promueve. Mi actitud es en contra de la grieta, la pelea, las divisiones. No lo personalizo, porque estaría colaborando con lo que quiero terminar que es la grieta en Argentina. No estoy de acuerdo con las peleas, insultos y agravios que han sido denominador común de la política argentina en muchas décadas, pero no voy a hablar de nadie en particular.
—Pero sí habla de “estafadores”…
—Lo importante es de acá para adelante. Escarbar en el pasado no tiene ningún sentido. Este año hay elecciones en todo el país y se viene una gran renovación en la dirigencia porque la voluntad de cambio es muy fuerte. Los dirigentes electos en cada distrito tendremos que dialogar. Llevamos 80 años de peleas y discusiones y así estamos. Si me pongo a personalizar con quién sí o o con quién no sería contradictorio con lo que pregono.
—¿Entonces no hay exclusiones para el diálogo?
—Una cosa es el diálogo y otra el acuerdo. Yo con el kirchnerismo no veo posibilidad de acordar nada, porque ellos creen que hay que liberar a los presos y yo que los delincuentes tienen que estar presos; ellos que solo hay que relacionarse con Venezuela y con Cuba y yo creo que como hizo Mauricio Macri hay que abrirnos al mundo y buscar mercados en todos lados; ellos creen que van a controlar los precios con los militantes de La Cámpora y yo que eso ha fracasado. No veo espacio de acuerdo y tampoco han demostrado gobernando el país ninguna vocación de diálogo. Cada vez que hablan se ocupan del famoso “ah pero Macri”: echarle la culpa al gobierno anterior, a la oposición, y de paso a la prensa, y de paso a la Justicia. Veremos a quién la gente elige en cada lugar y habrá que dialogar con ellos.
—¿Con otros sectores del peronismo sí está abierto a buscar consensos?
—Ya tenemos sectores del peronismo que están con nosotros como el último candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto. Hay sectores del peronismo republicano que están con nosotros.
—¿Y con quienes siguen dentro del PJ? Un ejemplo es Sergio Massa, con quien incluso usted tiene buena relación personal.
—Una cosa no tiene que ver con la otra. El es parte protagónica del gobierno kirchnerista, es decir del gobierno que cerró las escuelas. Con lo cual es imposible.
—¿Esperaba un respaldo más importante de Macri después del lanzamiento de su candidatura?
—Mandó un mensaje de apoyo, más fuerte que la palabra apoyo no se puede pedir. Después dijo algo con lo que coincido: que es buena la competencia.
—María Eugenia Vidal estuvo el jueves en Rosario y dijo que si Macri es candidato ella no compite. ¿Cuál sería su actitud en ese caso?
—Mi candidatura no depende de que otros sean o no candidatos. Ni de Vidal, a quien respeto y aprecio mucho, ni de Macri, ni de Morales, ni de Carrió, ni de Manes ni de Patricia Bullrich. Yo tengo mis convicciones, tengo mucho para aportar como la experiencia. Estoy capacitado para hacerlo y cuento con la fuerza necesaria. Doy la pelea todos los días en la ciudad contra las mafias, contra la droga y muchas veces contra el gobierno nacional que pone palos en la rueda de manera permanente. Además, tengo años de construcción y liderazgo de equipos. La única manera de sacar a la Argentina adelante es con equipos.
—¿La fórmula la completará con alguien del radicalismo?
—Me gustaría que sea alguien de Juntos por el Cambio, pero no es una decisión para ahora.
—¿Carolina Losada es una posibilidad?
—En todo caso es el radicalismo quien debe proponer el nombre. Creo en los acuerdos institucionales más que en los personales.
—Desde las provincias se ve el centralismo porteño como uno de los grandes problemas de desarrollo y fuente de desigualdad de la Argentina. ¿Cómo hará siendo jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para convencer al electorado del resto del país que usted puede ser quien revierta esa situación cuando además venimos de dos presidencias de porteños y no lo han hecho?
—El centralismo no es porteño sino del gobierno nacional. Alberto Fernández lo profundizó. De los últimos 20 años 16 gobernó el kirchnerismo y han hecho de la Argentina un país unitario. Eso hay que cambiarlo, pero la discusión no es entre la Capital y las provincias sino que el tema es el centralismo del gobierno nacional que nunca concentró tantos recursos como ahora. Esto lo tenemos que revertir. Este es un gobierno que se financia con emisión, que no se coparticipa. No hay nada más centralista que este gobierno. Hoy un gobernador quiere hacer 20 viviendas o diez cuadras de asfalto y tiene que tocar la puerta del gobierno nacional, donde deciden burócratas que ni siquiera conocen el territorio.
—Rosario atraviesa una situación crítica por el tema de la violencia narco. ¿Qué es lo primero que haría para afrontar este tema en caso de llegar a la Presidencia?
—En este caso lo que hicimos en Capital, donde tenemos el delito al nivel más bajo de la historia. Tenemos un trabajo que vale, la experiencia y un plan integral.
—¿Mandaría más fuerzas federales como se pide desde la provincia?
—Hay que abordar el tema de manera integral. No es solo con más fuerzas, aunque las tiene que haber. Pero se necesita un verdadero mapa del delito, coordinar mejor con la Justicia, equipar a la policía, incorporar tecnología. Hay que hacer muchas cosas. No esperemos una solución mágica. El primer mensaje a los santafesinos es que se puede, hay un mensaje de esperanza. Y yo sí evaluaría que una ciudad del tamaño de Rosario tenga su propia policía. En Buenos Aires eso resultó, junto con un plan integral. Es un tema a evaluar.
—Pero eso es un resorte de decisión provincial.
—Sí, por supuesto, pero yo sugiero evaluarlo y lo venimos hablando con los dirigentes de Juntos por el Cambio de Santa Fe, que son los que tienen que definir sobre la cuestión. Yo pongo a disposición nuestra experiencia.
—¿Tiene candidato en Santa Fe?
—Yo trabajo más directamente con la gente del PRO. Tenemos un buen equipo, con dirigentes como Gabriel Chumpitaz, Anita Martínez, Germana Figueroa Casas. Trabajamos en coordinación con todo Juntos por el Cambio. Hay un buen trabajo en conjunto.
—Pero no hay un candidato
—Los candidatos los deben definir los dirigentes santafesinos, no lo voy a resolver yo desde Buenos Aires.
—¿Su idea es ser el candidato que en un marco de derechización general del discurso intente llevar al PRO hacia el centro político?
—Yo no creo en eso de la derechización general. Creo en una Argentina para el desarrollo, que vuelva a crecer, que se inserte en el mundo exportando más, generando trabajo, recuperando la educación pública de calidad. Qué mote ideológico se le pone a eso depende de cada uno. Yo creo en el desarrollo, tengo sangre desarrollista y creo en un país que vuelva a crecer y desarrollarse.
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