El gobierno consiguió, después de seis meses de gestión, su primera ley en el Congreso. Es que el Senado aprobó en general la ley Bases, que de todos modos volverá a Diputados para que la Cámara baja apruebe o rechace los cambios introducidos en el articulado. La sesión fue tensa y se desarrolló en un escenario de paridad que llevó a un final dramático: la votación fue empate en 36 y la vicepresidenta Victoria Villarruel terminó inclinando la balanza a favor del oficialismo.
La situación se repetía en el tratamiento de algunos artículos en particular. Toda la situación le dio a Villarruel un protagonismo fundamental.
Apenas producida la votación en general, la Oficina del Presidente celebró la sanción de la ley, en un comunicado en el que sostuvo que la norma es un paso fundamental en la “recueración de la libertad de los argentinos” y calificó de “terroristas” a los manifestantes que se movilizaron al Congreso y se encontraron un un férreo dispositivo represivo.
Fueron graves incidentes en las afueras del palacio legislativo, mientras los senadores exponían sus argumentos sobre la normativa en duró más de 12 horas.
Organizaciones sociales, piqueteras, de derechos humanos, asambleas barriales y sindicatos se manifestaron en rechazo a la Ley Bases. Hubo tensión entre los bloques luego de que se pidiera un cuarto intermedio para interiorizarse sobre los incidentes que ocurrían afuera.
Entre varios cambios que introdujo el oficialismo para lograr la aprobación, también se dispusieron este mismo miércoles más cambios en el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
Lo hizo en el recinto del Senado el miembro informante y titular Provisional de la Cámara alta, Bartolomé Abdala.
El gobierno se mostró abierto a todo diálogo al ceder ante una exigencia de la oposición dialoguista: no se privatizarán ni Aerolíneas, ni el Correo Argentina ni Radio y Televisión Argentina (RTA).
Como todo es paso a paso, el primero era el quórum para poder sesionar. La cuestión entró en un cono de sombras este martes cuando dos senadores de Santa Cruz anunciaron que no bajarán hasta que la sesión esté conformada, al igual que el kirchnerismo. Sin embargo, la luz la aportó poco después, tras reunirse con Villarruel, Lousteau, quien anunció que aunque votará contra el oficialismo iba a bajar al recinto. Finalmente fueron 37 los senadores que permitieron que poco después de las 10.20 comenzara la sesión.
Así, el titular de la UCR, demonizado por La Libertad Avanza, se convirtió en la llave que le abrió al oficialismo la posibilidad de contar con la ley bases. Al mismo tiempo, también es la voz cantante de modificaciones que el gobierno resistía en el articulado de la ley. En general votó en contra.
Villarruel, a la que el presidente y su entorno más cercano no trató demasiado bien en los últimos tiempos, fue incorporada a último momento de las negociaciones y su rol fue clave: por el encuentro con Lousteau y porque la paridad le dio en la sesión un protagonismo inédito.
Un tema fundamental para ese protagonismo era que la sesión no se extendiera más de la cuenta: en el momento en que el mandatario dejara suelo argentino, inmediatamente Villarruel tenía que asumir la presidencia de hecho, algo previsto en la Constitución Nacional, por lo que ya no iba a poder participar de la sesión en el Senado.
La partida del presidente estaba prevista para alrededor de las 22.30. Pero finalmente se postergó para la madrugada. Apenas se produjo la votación, Milei posteó una foto suya junto a Villarruel y un texto de celebración.
Hay un antecedente de un protagonismo excluyente de un vicepresidente. Fue en 2008, cuando Julio Cobos tuvo que desempatar, con el voto no positivo que enterró el plan de retenciones móviles que, como ministro de Economía de Cristina Kirchner, diseñó Martín Lousteau. Paradojas de la Argentina pendular.
Según lo estipula la Constitución Nacional y el reglamento del Senado, el Vicepresidente solo participa en las votaciones en situaciones de empate, y su presencia no es necesaria para el quorum.
En este caso, Villarruel lo hizo a favor del gobierno que integra lo cual la pone en un lugar central de la administración libertaria.