Para entender en cierta manera el aplastante triunfo de Maximiliano Pullaro en las elecciones primarias en Santa Fe hay que recurrir al viejo y querido tractor, fiel vehículo para transitar los caminos más complicados en el campo, que nunca y nada lo detiene, tampoco desbarranca y siempre llega a destino.
El hoy candidato a gobernador de Unidos para Cambiar Santa Fe se propuso llegar a la Casa Gris cuando supo de la muerte de Miguel Lifschitz. Con el dolor de la pérdida del gobernador que le confió el complejo Ministerio de Seguridad, el diputado provincial leyó el escenario de la oposición que se quedaba sin líder y candidato puesto para el 2023 y puso manos a la obra.
Así se puso como puerto de destino a la Casa Gris y se trazó una hoja de ruta que, si bien tuvo inconvenientes y tropezones, como todo tractor siguió su surco y no se apartó del camino pese a los barquinazos.
Primero fue competir por la senaduría nacional y sorprendió con el segundo lugar en la Primaria donde se impuso Carolina Losada pero por muy pocos votos. Pese a no haber ganado, allí se vio el armado que empezó a construir Pullaro con intendentes, presidentes comunales y legisladores provinciales a lo largo de toda la bota santafesina.
Mientras Losada se dedicó al Senado, el hombre oriundo de la localidad de Hughes siguió trabajando en el territorio y fue afianzando su espacio con la meta puesta en las generales de este año.
Y otra vez apareció la periodista y senadora para competirle llevándose varios referentes de la oposición incluso el apoyo del intendente de Rosario. La campaña fue muy dura en cuanto a las denuncias que le propinó Losada por sus vínculos con policías condenados por sus contactos con el narcotráfico. Nada lo amilanó, no respondió y siguió su campaña apoyándose en propuestas y proyectos. Otra vez el tractor siguió adelante pese a los golpes y el fuego interno.
Es así como llegó a la terminal de la Primaria imponiéndose claramente a sus contrincantes y siendo el candidato más votado en toda la provincia. Ahora su destino final es ganar la general el 10 de septiembre.
La comparación con el tractor también tiene el condimento de ser el aspirante a la gobernación que más se identificó con el campo y el sector agropecuario.
No es un tractor de color amarillo ni tampoco verde. Es rojo, el color del radicalismo. Su logo no es de la Z o la del venado, quizás los más conocidos del mercado. Es la P, de Pullaro.
Por Sergio Roulier